Juan 20:15 , Marcos 16:1-3, Lucas 23:27-31, Mateo 27: 55-56
No lloréis y Por que lloras? Palabras emitidas por Jesucristo en su camino a la crucifixión y luego de haber resucitado exclusivamente para la mujer. Palabras llenas de compasión y cuidado emitidas con la intención de revelarnos la alta estima que Jesucristo siente por la Mujer.
En ocasiones, es difícil encontrar nuestro sentido de pertenencia en el ministerio de Jesucristo. O, por el contrario, nos desanimamos al enfrentar las vicisitudes en nuestra vida diaria como esposas, como madres, como mujeres. Sin embargo, a través de los cuatro evangelios se hace constante la importancia de las mujeres en el ministerio de Jesus al describirse una y otra vez como “las mujeres le seguían”.
Para Jesus era importante, establecer la fortaleza espiritual que le seria requerida a la mujer de este tiempo.
Camino a la crucifixión, cuando Simón de Cirene cargaba la cruz, Jesus en medio de su quebranto físico se detuvo para dirigirse exclusivamente a las mujeres. Una palabra profética que se cumple en este tiempo y un bálsamo de consuelo brindado de antemano, Jesus dijo: “No lloréis” . No era la intención de Jesus menospreciar los sentimientos o minimizar el dolor de la mujeres que le seguían, que por naturaleza eran sensibles. Por el contrario, Jesus estaba demandando aquella cualidad que en ocasiones nosotras mismas olvidamos que la poseemos: Valentía
Antes, durante y después de su ministerio Jesucristo cuenta contigo, Mujer. Es imprescindible estar sentadas frente al maestro para que nunca perdamos de vista que el foco de las mujeres que seguían a Jesus, era su maestro y no ellas mismas. Vivir compitiendo con el ministerio y nuestros propios deseos y anhelos de mujer pudieran redundar en confusión de propósito.
Aun después de que Jesus había muerto, las mujeres que le seguían continuaban enfocadas en su propósito, aunque este había sufrido algunas modificaciones. Aquellas mujeres ahora deseaban ungir a Jesucristo con perfumes y alabastro.
Aunque suene un poco duro de analizar, estas tres mujeres que relatan los evangelios tenían el deseo de ungir algo que aparentemente ya no tenia vida. Eso no las detuvo, aplicando el orden, su esfuerzo económico, la primicia de su día dieron los primeros pasos para cumplir con un plan que no sabían como lo terminarían.
“Cuando llegaron al sepulcro, la piedra que era muy grande estaba removida” … La osadía de avanzar en algo que aún no tenía estrategia de culminación les revelo lo sobrenatural, al Cristo resucitado con estas palabras: ¿Mujer, por qué lloras?
Osadía se define como resolución y valentía. En este tiempo, reflexionemos acerca del sacrificio del Hijo de Dios. En vez de tornarlo un pensamiento de nostalgia simplemente atesoremos el mensaje especial que Jesus trataba de darnos en su caminar hacia la cruz: Valentía y en los días que cansada decidas llorar, Jesucristo te susurrara de forma personal: ¿Mujer, por qué lloras?
Como si de un acto de redención se tratara quien primero tuvo la oportunidad de ver y escuchar al Cristo resucitado con palabras compasivas fue precisamente una mujer.
Este escrito es producto de revelación de las escrituras que me es concedida por GRACIA del Espíritu Santo para la mujer de hoy. Espero pueda ser de bendición a aquellos que tomen el tiempo para leerlo.
Aplicando las Estrategias de Orden de las Mujeres de la Cruz

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